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Juan Tomás Olivero

Filósofo egresado de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra. Profesor Adjunto de las Escuelas: Comunicación Social, Teoría y Gestión Educativa y, Adscrito en la Escuela de Filosofía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Maestrías: en Enseñanza Superior UASD 1990) y en Sociedad Democrática, Estado y Derecho (UASD-UPV País Vasco 2009).Ex Director Coordinador General de Recintos, Centros y Extensiones (UASD 2008). Ex Coordinador Académico y Director de Extensión Cultural, Universidad Mundial Dominicana (UMD- 1986 Barahona). Ex Director Radio Enriquillo (interino1983) y Ex presidente Asociación de Periodistas Profesionales (APP-1999) . Soy de Barahona, del sur, República Dominicana.
Definitivamente, todos debemos aceptar que no entendimos el mensaje que de forma natural se nos vendió para la elección del presidente Danilo medina. “Hacer lo que nunca se ha hecho”. Nunca en la historia del releccionismo dominicano, se había manejado un despropósito de la forma tan burda, en como acontece desde el gobierno actual, sin guardar los escrúpulos y las apariencias.
El Perínclito, iluminado de Arroyo Cano, ha hecho saber a los insignificantes mortales, que más que vivir, penamos y habitamos en esta aldea de siervos e ignorantes; que su permanencia en el gobierno será al costo de la historia de su partido, la institucionalidad del Estado y lo que necesariamente se tenga que llevar por delante. El único límite de la causa reeleccionista es imponerse, avasallar, humillar y derrotar. Nada importa, principios, razones éticas y consecuencias políticas y sociales, Constitución u otras boberías. La reelección y el derecho a permanecer en el poder, no se para por dinero o gestiones moralmente sospechosas.
¡Oh Maestro, en tu tumba o tu cabecera, quien te viera, quien te viera, con un fariseo, en La Vega o el Evaristo Morales!
Los 50 años de la Revolución Democrática Constitucionalista de abril, no son sólo los 50 años que celebramos este año. También celebramos, los 52 años de la Constitución Revolucionaria de 1963, que originó el levantamiento en armas de 1965, por el retorno sin elecciones del profesor Juan Bosch al poder.
Como paradoja del destino, el 29 de abril de 1963 fue proclamada la constitución más avanzada que registra la historia política dominicana; ese mismo día, de este 2015, la sombra del relecconismo se apoderó de los salones de los Bloques de Senadores y Diputados del PLD, para sembrar el interés más perverso que ha costado sangre y vida a la República Dominicana, la reelección, aderezada por supuesto, como siempre, por motivaciones corruptora y de chantaje político.
Los artículos 123 y 125 de la Constitución de 1963 reflejan un pensamiento ético y constitucional, mucho más radical y democrático que la actual de 2010. La Constitución de Juan Bosch, no sólo prohibía la reelección del presidente, y, le cerraba las posibilidades, hasta de presentarse como vicepresidente. Sino que, también, al vicepresidente le prohibía su reelección y la posibilidad de presentarse a la presidencia.
Pero, dice un aforismo que una cosa es con guitarra y otra es con violín, refrán que encarna el mayor relativismo moral, decir, éste, en el que no cabe y mucho menos tiene sentido, hacer juramentos en la tumba de modelos a emular.
¡Oh Maestro, en tu tumba o tu cabecera, quien te viera, quien te viera, con un fariseo, en La Vega o el Evaristo Morales!
“¿Por qué lloráis por mí y no pensáis en la plaga y el destino que nos une” (Marco Aurelio-180 D.C)
Ve hacia el sol de levante, yo soy el sol de poniente”.
“¿Por qué lloráis por mí y no pensáis en la plaga y el destino que nos une Marco Aurelio-180 D.C

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